Si el corazón pierde fuerza, se enlentece la circulación y la sangre puede quedar retenida en los pulmones. Esto produce falta de aliento, fatiga, ahogo o hinchazón en las piernas. A veces, estos síntomas sugieren que estamos ante una insuficiencia cardiaca, una enfermedad que, tal y como se deduce, deteriora enormemente la calidad de vida de los pacientes. Y es que, supone la pérdida de masa muscular, limitaciones en la dieta, dificultades para realizar el trabajo habitual, problemas para disfrutar de las relaciones sexuales e, incluso, aparición de trastornos ansioso-depresivos.

“En el desarrollo de sus actividades diarias, este paciente va a tener sensación de falta de aire. Por ejemplo, cuando intenta calzarse un zapato, tendrá sensación de mareo”, explica el doctor Juan Luís Bonilla. Por su parte, el doctor Antonio Gámez, hace especial énfasis en la carga psicológica: “La insuficiencia cardiaca tiene un reflejo en el estrato psicológico. Va más allá de esa disnea, de ese ahogo, de esa incapacidad tan brusca que provoca la propia enfermedad, de la merma en la calidad de vida que suponen los ingresos hospitalarios”.

Así lo manifiestan estos médicos especialistas en Cardiología del Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda en una entrevista emitida en Health REDvolution, el programa de podcasts de la plataforma Red3.0 (Amgen Cardiovascular).

insuficiencia cardíaca

El “feeling” del paciente con insuficiencia cardiaca

Después de explicar qué es la insuficiencia cardíaca y desterrar algunos de los mitos más extendidos sobre esta patología, estos cardiólogos se ponen en la piel del paciente. Y advierten de la importancia de ir más allá de hacer una valoración funcional del paciente. “En la esfera física, el paciente siente limitación. Pero para empatizar del todo con él y que haya feeling entre médico y paciente hay que preguntarle qué siente, pues a veces estamos ante síntomas depresivos”, indica el doctor Gámez. Por lo tanto, cabe decir que la insuficiencia cardíaca conlleva una carga psicológica importante que el médico también debe tener en cuenta.

Esto permite deducir que la insuficiencia cardíaca supone un reto multidisciplinar en toda regla. Y no solo porque esta patología afecte en múltiples niveles a la calidad de vida. “Es un reto económico porque atender a estos pacientes de manera adecuada consume muchos recursos y hay que saber manejarlos para hacer un uso óptimo del sistema”, indica el doctor. Pero además, estamos hablando de enfermos crónicos y de una enfermedad muy prevalente, por lo que el segundo reto es asistencial. “Estos paciente deben ser asistidos de manera organizada para mejorar sus resultados, para mejorar su calidad de vida y para favorecer que esa organización y esa asistencia no colapse”, concluye el doctor.

 

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Sobre el Autor

Quien me conoce bien sabe que vivo enamorada del periodismo y de mis raíces almendralejenses. Mi debilidad son las personas.

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